El eneagrama representa la octava general de todo lo que es y las octavas incluidas en esta, agrupadas de tres en tres en octava positiva o activa, octava pasiva o negativa y octava neutralizante, media o conciliadora, resultante de la interacción evolutiva de las dos anteriores. Por eso puede decirse, según Gurdjieff, que conocer el eneagrama es saberlo todo y no conocerlo es no saber.
En el trayecto involutivo, la octava superior, da origen a la octava inferior y esa octava inferior o pasiva al interactuar con la octava superior puede originar otra octava similar o, en el caso del hombre, evolucionar para producir una octava media superior, llamada alma.
Para niveles de ser inferiores al hombre, la octava inferior produce réplicas de sí misma de acuerdo a la programación de su cuerpo astral elaborada por los ángeles ingenieros.